En el puente que separa Singapur de Malasia, en tierra de nadie, estaba este hombre que vendia tabaco de contrabando.


Despues de sudar la gota gorda para cruzar la isla llegamos a nuestro paraiso del relax, Tioman, donde lo unico que hacemos es admirar las palmeras y degustar sus frutos...


... los amaneceres...

... la luna...

... ????...

... y las estrellas a la luz de la luna.


Pero todo lo bueno se acaba y al final tenemos que volver, y como este hombre no sabemos muy bien si estamos cansados o apaticos.

Al menos la vuelta fue mas rapida, solo 8 horas.
1 comentario:
Bueno, bueno.... siempre q vais a Tioman os quejais ehh!!!Pero bien q repetis!!! Haceis bien, pero eso si, un poco menos de envidia PLEASE. X cierto muy bonitas las fotos
AITZI
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