Los hindus aprovechan el cumpleaños del dios Subramaniam para dar gracias porque sus ruegos han sido concedidos o para pedir otros. En Singapur desfilan de un templo a otro situado a 3 kilómetros de distancia llevando ofrendas en forma de leche, flores, frutas o acarreando los kavadis. El kavadi es un arco de madera o metal que se coloca sobre el cuerpo. Pueden llegar a medir 4 metros y pesar 40 kg.
Los devotos deben mantener una estricta dieta vegetariana y abstinencia desde un mes antes de la celebración. De este modo el cuerpo es purificado y pueden entrar en trance y no sentir dolor cuando les colocan los ganchos y las agujas que llevan clavados en la boca, lengua, frente, piernas, brazos, espalda o torso.



Es increíble como esta gente se perfora el cuerpo sin, aparentemente, sentir dolor. Las familias y amigos les ayudan a prepararse y les siguen durante todo el recorrido, dándoles ánimos y sujetándoles cuando el dolor les impide caminar.
Y a la vez que ellos celebran, la que para los hindus es una de las fiestas mas importantes, a nosotros simples turistas nos dejan fotografiarlos y formar parte de procesion con sonrisas y buenos modos.
La lucha por soportar el dolor de acarrear el kavadi era solo comparable a la lucha de las decenas de fotografos que habia alli congregados por una buena foto que reflejase el espiritu del Thaipusam.

2 comentarios:
Muy chulas las fotos, se nota que tiene un buen profesor! Nos has enseñado todos los piercing que llevaban o no?
Qué pasa, ¿que no os dan bolsas de plástico en los supermercados?
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